Un fin de semana inolvidable, la vista que se pierde en la inmensidad de la llanura, la magia del Estero de Camaguán que promete un viaje en el tiempo a quienes navegan sus aguas, a esa Venezuela amable, bonita, que todos sabemos que sobrevive y por la que no se pierde la esperanza. Esperanza que renace en el esfuerzo y dedicación, en la atención a cada detalle, de venezolanos como Ricardo que aman estás tierras, estos llanos. Excelente anfitrión, comida exquisita, en un hermoso escenario. Recordaremos siempre los paseos a caballo y la tanquilla, una combinación perfecta.
Gracias a Ricardo por tu hospitalidad, a Rafael por su calidez, atención y mimos; y a todo el personal del Hato Las Caretas por hacer de nuestra estadía una ocasión especial.
Familia Fernández-Quiroga